Tradicionalmente se ha pensado que las estrellas se forman por el colapso gravitacional de pequeñas regiones densas dentro de nubes moleculares gigantescas, con tamaños del orden de entre 10 a 50 años-luz. Sin embargo, desde la década de los 70s se ha pensado que estas nubes como un todo deben estar soportadas contra el colapso por algún mecanismo, como pudiera ser la turbulencia o los campos magnéticos. De no ser así, se ha argumentado, ya todo el gas de nuestra galaxia se hubiera acabado, y no se formarían estrellas hoy día.

El estudiante de maestría Jesús Toalá, junto con dos investigadores del CRyA, haciendo cálculos analíticos y semianalíticos, muestra que si las nubes son filamentarias, los tiempos de colapso de las nubes son mucho mayores que si no lo son. Este resultado favorece el modelo de que las nubes en realidad no están soportadas por nada, simplemente se están cayendo sobre sí mismas más lentamente de lo que se pensaba.

 

Artículo original: http://adsabs.harvard.edu/abs/2012ApJ...744..190T

 

Publicación:
Javier Ballesteros Paredes