Observaciones a lo largo de varios años del telescopio espacial Spitzer han mostrado que algunos discos protoplanetarios tienen un brillo variable tipo "subibaja": cuando aumenta la emisión en 5 micras, disminuye la emisión en 38, y viceversa.

La Dra. D'Alessio, investigadora del CRyA-UNAM, y sus colaboradores en Estados Unidos, explican estas variaciones de la siguiente manera: si en la región más interna de un disco protoplanetario hay planetas ya formados, éstos pueden ejercer influencia gravitacional en el disco conforme orbitan a la estrella. Estas perturbaciones hacen que la parte interna del disco cambie de grosor, volviendola más gorda o más flaca. Lo interesante es que al engrosarse la parte interna de un disco, aumenta la temperatura de esta región, ya que atrapa más radiación de la estrella, haciendo que aumente la luminosidad en 5 micras. Simultáneamente, este engrosamiento produce una mayor sombra en las partes externas y frías del disco, haciendo que baje la temperatura, y provocando una disminución en el brillo a 38 micras. Así, podemos decir que este comportamiento detectado por el telescopio espacial Spitzer se debe a que los discos protoplanetarios se comportan como el chorrito: se hacían grandotes, se hacían chiquitos.

 

A Spitzer IRS Study of Infrared Variability in Transitional and Pre-transitional Disks Around T Tauri Stars ,
Espaillat C., Furlan E., D'Alessio P., Sargent B., Nagel E., Calvet N., Watson
D. M., Muzerolle J., 2011, ApJ, 728, 49-

 

Publicación:
Javier Ballesteros Paredes