Observaciones a lo largo de varios años del telescopio espacial Spitzer han mostrado que algunos discos protoplanetarios tienen un brillo variable tipo "subibaja": cuando aumenta la emisión en 5 micras, disminuye la emisión en 38, y viceversa.

En colaboración con astrónomos belgas, el estudiante Jesús Alberto Toalá desarrolló modelos tridimensionales de la estructura en vientos de estrellas masivas utilizando el código de transferencia radiativa WIND3D. Con esto logran reproducir las características observadas en espectros en el ultravioleta en líneas de Silicio de la estrella HD 64760.

La astrónoma mexicana Susana Lizano, junto con colegas en Estados Unidos, Italia y Taiwan, han estudiado la importancia del campo magnético en los discos protoplanetarios. De acuerdo con un estudio publicado en diciembre pasado, la presencia de campos magnéticos en estos discos inhibe la formación de planetas gigantes como Júpiter o Saturno mediante el colapso gravitacional de una parte del disco, ya que éste se vuelve muy estable. Sin embargo, indican estos investigadores, raro no debe ser sinónimo de nunca: si los discos son suficientemente grandes y masivos, el campo magnético no podrá evitar el colapso para formar planetas gigantes.

Al parecer, la desintegración violenta de un sistema de estrellas jóvenes hace unos 500 años pudo ser lo que originó esta burbuja de gas.

Usando mediciones de muy alta precisión a lo largo de 10 años, investigadores del CRyA determinan la posición y velocidad de la estrella PV Cephei, a 1400 años luz de distancia, mostrando que, contrario a lo que se había inferido en estudios previos de menor calidad, esta estrella no se está moviendo a altas velocidades, y que la morfología de los chorros que de esta estrella emanan, más que deberse a la posible alta velocidad de PV Cephei, se deben a una asimetría intrínseca en la distribución del material que rodea a esta estrella, o bien a una asimetría intrínseca en los mecanismos de eyección de los chorros.